10 beneficios de la actividad física y del deporte en TDAH
Los niños/as con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) tienen problemas para concentrarse, controlar sus impulsos motores o planificarse, entre otros aspectos. El tratamiento recomendado para este trastorno es aquel que combina el psicológico y el tratamiento farmacológico, no obstante, en los últimos años se han investigado otras actividades que puedan ser beneficiosas para este propósito. Entre éstas se reconoce el ejercicio físico como otra forma de intervención, mostrando resultados muy positivos como:
1-Incrementa el AUTOCONTROL, que es la capacidad que tenemos para dominar nuestra conducta y nuestras emociones
2-Aumenta la SOCIABILIDAD, aspecto muy importante para favorecer la relación con los demás
3-Reduce el ESTRÉS, que a menudo es una manera de prever otras enfermedades
4.-Aumenta la AUTOESTIMA, mejorando las percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos
5-Mejora las HABILIDADES SOCIALES, permitiendo el desarrollo de un repertorio de acciones y conductas que hacen que nos desenvolvamos eficazmente
6.-Mejora la ATENCIÓN, como aplicación voluntaria de la actividad mental o de los sentidos a un determinado estímulo
7.-Reduce la IMPULSIVIDAD, que es la forma de comportarse del niño que actúa sin prever las consecuencias que pueden comportar sus actos
8.-Mejora la FUSTRACIÓN, ante el fracaso de un deseo o esperanza
9.-Mejora la RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS, que a menudo surgen por disputas, peleas, o discusiones
10.-Aumenta la FELICIDAD, tan necesaria y a la que todos aspiramos en nuestras vida
¿COMO CONTROLAR EL USO DE DISPOSITIVOS MÓVILES EN NUESTROS HIJOS?
Según el Regulador Británico de Telecomunicaciones (Ofcom), un niño de seis años se maneja mejor con la tecnología que un adulto de 45 años. Pero cuidado, esta habilidad en ocasiones puede volverse en contra del menor. El Colegio Europeo de Madrid y Escuela Infantil Europea BEBIN, explican que es muy importante que los padres controlen el uso de dispositivos móviles de sus hijos
La presente era digital en la que vivimos sumergidos aporta muchos beneficios en la sociedad, pero a su vez expone a los menores a riesgos que antes no existían: contenidos inapropiados en internet, contacto con individuos poco recomendables y costumbres perjudiciales para los más pequeños.
«Los dispositivos móviles se pueden usar desde niños porque son muy adaptables a todo tipo de edades y perfiles, siempre y cuando la persona adulta que está al cargo, guíe y enseñe al menor a usarlo de una manera adecuada», explica Emma Pérez, directora del Colegio Europeo de Madrid y Escuela Infantil Europea BEBIN de Madrid.
Según el último informe del Ministerio de Interior sobre hábitos de uso y seguridad de Internet de menores y jóvenes en España, un 60% de los niños y adolescentes se conecta diariamente a la Red durante un periodo mínimo de una hora. Si hablamos del uso de redes sociales entre adolescentes, la cifra se eleva al 90%. Estas cifras más que significativas hacen tomar conciencia de que nuestros hijos necesitan ser guiados a la hora de hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías.
«No existe una edad determinada para que los niños comiencen a utilizar dispositivos móviles, lo que debemos hacer es enseñarles a seleccionar los contenidos adecuados a su edad», aseguran expertos.
Si la actividad del menor cuando usa los dispositivos móviles está guiada por un adulto no existirán efectos negativos en el mismo, todo lo contrario, le permitirá el acceso a todo tipo de recursos además de desarrollar su creatividad y autonomía personal.
Desde el Colegio Europeo de Madrid recomienda una serie de aplicaciones para poder ejercer el control necesario sobre el uso de dispositivos móviles de nuestros menores:
MDM: Permite saber qué aplicaciones tienen instaladas tus hijos o si lo prefieres solo permitir algunas, las que creas conveniente. Puedes revisar las aplicaciones instaladas en todos los dispositivos conectados y eliminar aplicaciones inapropiadas. Además podrás controlar todas sus llamadas.
Qustodio: Aplicación gratuita disponible para Android e iOS. Nos permite restringir contenidos e informarnos sobre qué páginas y qué actividad realizan nuestros hijos en sus dispositivos.
Parental Control: Disponible en App Store, permiten bloquear el acceso a los diferentes dispositivos, establecer horarios y tiempos de conexión máxima sólo accesibles mediante una contraseña instalada por los adultos.
¿ES NORMAL QUE MI HIJO SE ENFADE TANTO Y TIRE AL SUELO UN JUEGO CUANDO PIERDE?
Razones por las que actúan así y pautas para evitarlo
Muchos padres comienzan ilusionados con sus hijos de corta edad a jugar a sencillos juegos. Celebran ver cómo los pequeños saben lo que tienen que hacer y logran la victoria. Es más, lo habitual es que se dejen ganar para ver la amplia sonrisa de sus hijos. Pero, ojo, esta forma de actuar puede tener sus consecuencias negativas si se mantiene en el tiempo.
Si un niño está acostumbrado a ganar, en el momento en que tenga que enfrentarse a que otra persona sea la que se hace con la victoria, lo más seguro es que no acepte su pérdida y tenga una gran rabieta e, incluso, se manifieste algo violento y tire al suelo o por los aires el juego en cuestión para dar fe de su desacuerdo con la situación.
La violencia no debe admitirse en ningún caso. Según Susana Cruylles, psicóloga clínica y terapéuta de familia del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, este tipo de reacciones debe ser corregida de inmediato. La tolerancia a la frustración debe ser aprendida desde el primer momento. «No obstante, el niño tendrá este comportamiento si ve en su entorno que los padres, o profesores, solucionan una situación similar dando un golpe con el puño en la mesa, una patada a la silla... Es decir, los padres son un modelo a seguir y si ellos actúan así, los niños le imitarán».
Esta experta recomienda a los padres que expliquen a sus pequeños que cada vez que participan en un juego tienen que saber que unas veces se gana y otras se pierde. En el caso de que pierda, el adulto debe decirle «sé que te sientes triste y enfadado por perder. Entiendo que te sientas así porque es más divertido y satisfactorio ganar, pero no pasa nada, hay que seguir adelante y probablemente la próxima vez podrás ganar». Es decir, se trata de ayudar «a que el niño identifique sus sentimientos —el enfado— para que pueda aprender a controlarlo. Es la base de la salud mental —puntualiza Susana Cruylles—. Es muy importante que sepan aceptar la frustración porque si no lo hacen de pequeños, tendrán muchas rabietas y sufrirán mucho. Más tarde, con 10 años no aceptarán que pierdan un partido; con 20, que les deje su novia o con 25 que no encuentran un trabajo...».
También señala la importancia de ofrecerle juegos adecuados a su edad. «Hay muchísimos padres que, por ejemplo, les facilitan videojuegos con contenidos violentos o para más mayores por lo que no los comprenden y es difícil que puedan ganar y se sentirán frustrados porque no saben hacerlo».
Otra buena táctica, cuando no son capaces de aceptar la derrota consiste en que juegue dentro de un equipo, de esta manera la pérdida será común y más llevadera.
Noticias TDAH – EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN
Del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se dice de todo: que no existe, que alguien reconoció habérselo inventado, que es un fraude de la industria farmacéutica, que damos pastillas a los niños para que no molesten, etcétera. ¿Somos los médicos, psiquiatras y neuropediatras profesionales corruptos y remunerados por la industria farmacéutica para tratar un trastorno que no existe? ¡Ya está bien! ¿Por qué no se exigen estudios serios a quien niega el trastorno? ¿Por qué no se muestran los resultados sobre la evolución de pacientes diagnosticados y tratados de formas alternativas y se presentan en foros científicos?
¿Y la prensa? La información ha de ser plural, aducen. De acuerdo, pero también seria. Una cosa es informar sobre tratamientos alternativos y otra subirse al carro de la desinformación. ¿Es que creer o no creer en el TDAH es una cuestión de fe? La evidencia científica es apabullante con relación a las diferencias que existen en el desarrollo del cerebro de los niños con TDAH, a alteraciones genéticas asociadas al consumo de alcohol durante la gestación o a los efectos de la prematuridad. Por no hablar de estudios como el reciente publicado en The Lancet que, tras analizar la evolución de 30.000 personas con TDAH, muestra una mayor mortalidad por accidentes y drogadicción.
La relación del TDAH con el fracaso escolar y el buen resultado de la detección precoz están más que demostrados. El manejo adecuado debe ser no sólo farmacológico, sino multimodal, lo que incluye la intervención psicoeducativa a padres y maestros, la reeducación y el tratamiento psicológico
Padres exigentes: 7 aspectos en los que se equivocan
Ideas para prevenir problemas en la educación por parte de padres y madres con altas expectativas.
Criar y educar bien a un hijo no es fácil. Si bien la mayoría de padres quieren lo mejor para sus hijos, no en todos los sujetos funcionan de igual manera las distintas maneras de educar. Así, las estrategias educativas que se emplean no siempre son las más adecuadas para lograr la autonomía y correcto desarrollo de un niño o niña.
Sobreprotección, autoritarismo, ambigüedad… todo ello puede conllevar que los hijos se formen una idea de la realidad que puede o no servir para su correcta adaptación a las circunstancias vitales que les toque vivir. Entre todas estas características de diferentes tipos de educación podemos encontrar la exigencia exagerada, que puede causar diversos problemas en los hijos. Por este motivo este artículo se va a centrar en los padres exigentes y los siete aspectos o cosas en las que se equivocan.
Exigir demasiado: cuando la disciplina y el esfuerzo se llevan demasiado lejos
Hay maneras muy diferentes de educar. El patrón de comportamiento que utilizamos a la hora de educar a nuestros hijos, la forma de interactuar entre padres e hijos, como se les enseña, refuerza, motiva y expresa son lo que se denomina estilo parental.
Resulta común que, en una sociedad cada vez más líquida y dinámica, muchas familias opten por intentar imprimir disciplina en su progenie, intentando inculcar la cultura del esfuerzo y motivar que los hijos aspiren siempre a lo máximo y busquen alcanzar la perfección. Este tipo de padrestienden a exigir a su prole que estén activos, se esfuercen lo máximo posible y consigan cumplir todos los objetivos que se les proponen con la máxima eficiencia posible.
Los padres excesivamente exigentes tienden a tener un estilo parental autoritario, que se caracterizan por tener un tipo de comunicación básicamente unidireccional y poco expresiva, con una jerarquía clara y que proporcionan reglas claras y rígidas, otorgando poca autonomía al menor y presentando un gran nivel de control y elevadas expectativas respecto a ellos. Sin embargo, si bien la disciplina y el esfuerzo son importantes, un exceso de exigencia puede provocar dificultades en el desarrollo psicoemocional de los niños y niñas, como las que se pueden ver a continuación.
7 errores frecuentes derivados de una elevada exigencia paternal
Emplear la exigencia ocasionalmente como manera de aumentar el rendimiento puede resultar efectivo. Sin embargo, si es un patrón de comportamiento consistente y no se acompaña de una comunicación eficiente y una expresión de sentimientos coherente, en algunos sujetos este estilo educativo puede contribuir a causar diferentes problemas de adaptación.
Algunos de los errores que cometen los padres especialmente exigentes son los siguientes.
1. Sobreexigir no aumenta el rendimiento
Si bien fomentar el esfuerzo y la mejora de los resultados puede ser de utilidad para aumentar el rendimiento de forma puntual, mantener un elevado nivel de exigencia a lo largo del tiempo puede de hecho causar el efecto contrario: el rendimiento puede disminuir al pensar que no se es lo suficientemente bueno, o bien debido a la perseverante búsqueda de una mejora en los resultados obtenidos.
2. Intolerancia a los errores
Es común que las padres exigentes no refuercen de manera suficiente los esfuerzos de sus hijos, notando sin embargo la presencia de algunos errores. Por ello la idea que se transmite a los hijos es que el error es algo malo, que debe ser evitado. Se forma así una intolerancia hacia el error, que puede conducir al siguiente de los puntos, el nacimiento de perfeccionismo.
3. Un exceso de perfeccionismo no es bueno
Un exceso de exigencia en la infancia puede provocar en los niños la sensación de que lo que hacen nunca es suficiente, no sintiéndose satisfechos con lo que hacen a lo largo de su vida. Así, estas personas desarrollan la necesidad de hacer las cosas lo mejor posible, buscando la perfección. A la larga esto hace que sean personas no acaben las tareas, dado que las repiten una y otra vez de cara a mejorarlas.
4. Se crean expectativas irrealizables
Creer en las posibilidades propias y ajenas es bueno. Sin embargo, es necesario que dichas expectativas sean realistas. Unas esperanzas demasiado elevados e irrealizables causan frustración ante la incapacidad de cumplir con ellas, que a su vez puede causar una autopercepción negativa de las propias habilidades.
5. Exigir mucho puede provocar inseguridad y baja autoestima
Si la exigencia no es seguida por el reconocimiento del esfuerzo que se realice, el niño o niña no sentirá que sus esfuerzos hayan merecido la pena. A la larga pueden desarrollar severos problemas de ansiedad y depresión, así como indefensión aprendida al pensar que sus esfuerzos no cambiarán el resultado final.
6. Centrarse en cumplir puede causar falta de automotivación
Hacer que un niño se centre demasiado en lo que debe hacer puede provocar que ignore qué quiere hacer. Si esta situación se da de manera persistente dicho niño o niña en la etapa adulta presente bloqueos emocionales e incapacidad o dificultad para automotivarse, debido a que no han terminado de desarrollar en la infancia sus propios intereses.
7. Puede provocar problemas en las relaciones personales
Los hijos de padres muy exigentes tienden a aprender el nivel de exigencia de sus progenitores, y a reproducirlo en el futuro. De este modo, puede serles más difícil socializar debido al elevado nivel de exigencia que pueden presentar tanto de cara a sí mismos como respecto a otras personas en sus relaciones.
Recomendaciones para evitar estos errores
Los aspectos citados hasta el momento son debidos principalmente a la presencia de presión y expectativas elevadas, intolerancia a errores y falta de refuerzo ante la propia conducta. Sin embargo, el hecho de ser un padre exigente no implica necesariamente que aparezcan estos problemas, pudiendo evitarse con una comunicación y expresión emocional suficientes. Algunos consejos o recomendaciones a la hora de evitar los déficits indicados podrían ser los siguientes.
Acompañar mejor que instruir
La presión que sienten estos niños es muy elevada, en ocasiones siendo incapaces de hacer lo que les gustaría hacer al nivel que querrían sus seres queridos. Para evitarlo se recomienda que las expectativas que se transmiten a los hijos sean realistas y ajustadas a las capacidades demostradas por el menor, evitando extremismos.
En lo que respecta a la intolerancia a los errores, esta no se produce si se enseña al niño o niña en cuestión que equivocarse no es malo ni significa fracasar, sino que son una oportunidad de mejorar y aprender. Y que aún en el caso de fracasar ello no implica que se les deje de amar.
Valorar su esfuerzo y no sus logros
Gran parte del problema que produce este tipo de educación es la no valoración del esfuerzo llevado a cabo. La solución pasa por considerar la importancia del esfuerzo realizado por los niños, independientemente de los resultados, y contribuir a que este esfuerzo llegue a buen término. Esto es especialmente importante cuando el niño hace una actividad correctamente, en que en ocasiones no se felicita al considerarse algo normal y esperable.
La confianza en las habilidades de los niños es fundamental de cara a motivarlos y aumentar su autoestima. De cara a no desvalorizar las capacidades de los niños se recomienda que si hay algo que se quiera corregir, se intente indicar de manera positiva y sin incurrir en la crítica, o en todo centrarla en la actividad o el objetivo a conseguir y no en el niño y su capacidad.
“Una mala palabra a un niño puede llevarle a la autodestrucción o la destrucción de los otros”
7 HABILIDADES NECESARIAS PARA LA VIDA QUE NO NOS ENSEÑARON EN LA ESCUELA
¿Cuántas veces hemos pensado que lo que nos enseñan en la escuela no nos sirve para la vida real?
Las habilidades olvidadas por la escuela que nos harían más felices y plenos:
1. Seguir una pasión
Cuando entramos al colegio aprendemos el significado del “deber”. Nos enseñan que “las cosas que valen la pena requieren sacrificios”. Sin embargo, lo cierto es que cuando algo nos apasiona de verdad, no solo brillaremos en ello sino que no necesitamos movernos por el deber, porque tenemos un motivo impulsor mucho más poderoso: la pasión.
Como resultado de esa educación basada en el deber, hay millones de persona realizando trabajos que no les gustan y viviendo vidas que no les satisfacen. Nadie les enseñó que el secreto está en seguir su pasión.
2. Aprovechar los errores
La escuela se encarga de castigar duramente los errores. Las calificaciones escolares no consideran el esfuerzo ni la individualidad, tan solo los aciertos y las equivocaciones.
Como resultado, no es extraño que nos aterrorice cometer errores, porque creemos que estos disminuyen nuestra valía como personas. Ese miedo a equivocarnos puede llegar a ser tan intenso que aplasta nuestra motivación y nos paraliza.
Afortunadamente, métodos como el del bolígrafo verde contribuyen a cambiar esta situación y nos permiten comprender que los errores son oportunidades de aprendizaje.
3. A valorar el tiempo
El tiempo no es dinero, el tiempo es vida. Es la posesión más valiosa que tenemos, aunque no siempre lo valoramos en su justa medida. De hecho, acudir todos los días a una escuela donde nos enseñan contenidos que no despiertan nuestro interés y que no tienen aplicaciones prácticas es una manera de restarle valor a nuestro tiempo.
Obviamente, cuando nos olvidamos del dinero y comenzamos a pensar en términos de tiempo nuestra vida da un vuelco radical. Por ejemplo, en vez de preguntarnos cuánto cuesta el nuevo iPhone, podemos preguntarnos cuánto tiempo debemos trabajar para comprarlo. ¿Merece la pena? Solo entonces empezamos a valorar las cosas en su justa medida.
4. Gestionar las emociones
Ahora sabemos que el éxito profesional y el nivel de satisfacción en la vida no dependen directamente del cociente intelectual, sino de la Inteligencia Emocional. Eso significa que, si bien el conocimiento es la base, es probable que no lleguemos demasiado lejos o no seamos muy felices si no somos capaces de gestionar adecuadamente nuestras emociones.
Por desgracia, nadie nos enseña a reconocer y gestionar nuestros estados emocionales, por lo que muchas veces nos sentimos culpables cuando experimentamos ciertas emociones o no sabemos cómo expresarlas asertivamente.
5. Ser resiliente
La adversidad nos aguarda a la vuelta de la esquina, por lo que es mejor estar preparados para cuando toque a nuestra puerta. Sin embargo, nadie nos enseña a lidiar con los problemas sin perder el equilibrio emocional.
La resiliencia es una habilidad que normalmente se desarrolla de manera espontánea, golpe tras golpe, pero también podría potenciarse a través de una educación que nos enseñe a enfrentar los problemas con sentido del humor, que nos ayude a detectar nuestros puntos débiles, nos muestre cómo pedir ayuda y nos permita desarrollar una visión positiva y equilibrada de la vida.
6. A negociar
Si supiéramos negociar evitaríamos muchísimos conflictos a lo largo de la vida. Sin embargo, desde que entramos en el colegio nos damos cuenta de que no hay margen para la negociación, todo está decidido, desde el plan de clases hasta los minutos de recreo. Así aprendemos a acatar las reglas y asumimos un terrible mensaje: hay ganadores y vencidos.
Como resultado, comenzamos a afrontar la vida de esa manera: como una competición en la que queremos ganar, sin darnos cuenta de que el mejor escenario es aquel donde todos ganan.
7. A buscar el equilibrio
En la escuela nos enseñan a esforzarnos y trabajar duro para obtener cada vez mejores resultados. Sin duda, es un buen mensaje, pero si lo llevamos al extremo terminaremos engordando primero el currículo escolar y luego el profesional, olvidándonos del “currículo de la vida”.
Por eso, no es extraño que nuestra sociedad produzca personas adictas al trabajo que no tienen tiempo libre y han olvidado cómo relajarse. Este desequilibrio termina pasando factura a nivel emocional, social y físico porque descansar es tan importante como trabajar y pasar tiempo con los demás es tan importante como pasar tiempo con uno mismo.
Si no somos capaces de encontrar ese equilibrio, antes o después algo se romperá en nuestro interior. Y no siempre podremos arreglarlo.
Texto de Jennifer Delgado
¿Qué es el ciberacoso?
Se considera ciberacoso a un nuevo tipo de acoso que se produce a través de las tecnologías de la información y la comunicación.
El ciberbulling, se trata de un tipo de ciberacosa en un contexto en el que únicamente están implicados menores,, no se produce ciberbulling cuando uno de los dos participantes es adulto.
Lo que el ciberbulling y el bullying tiene en común, es que ambos hacen alusión al acto agresivo e intencional desarrollado por un individuo o grupo de forma repetida y continuada, dentro de una relación asimétrica de control y poder sobre una víctima que no puede defenderse por sí misma.
Características:
• Es una extensión del acoso recibido en el centro escolar.
• El acosado/a es víctima dentro y fuera del centro escolar.
• El número de observadores /as es mayor que en otro tipo de acoso escolar.
• Carácter anónimo de los acosadores.
• Debido a que no requiere la presencia física del acosador, este puede llevarse a cabo en cualquier lugar y a cualquier hora.
Variables del ciberacoso:
• Ciberacoso: sexual: misma figura que el acoso sexual pero por vía tecnológica.
• Ciberacecho: se trata de un acoso a nivel tecnológico, donde son vigiladas todas las acciones y movimientos del acosador.
• Grooming: es una práctica en la que media el engaño en busca de satisfacción sexual.
• Luring: se trata de una atracción del menor hacia el medio físico, por parte de un adulto. Se origina en la red.
• Webs despectivas: creadas con la finalidad de ocasionar daños a la reputación de una persona con información falsa.
Indicadores de detección
• Mostrarse triste y nervioso.
• Mostrarse desmotivado para asistir al centro escolar.
• Deterioro repentino de las relaciones sociales.
• Mostrar ansiedad e irritabilidad cuando se sienta frente al ordenador.
• Escucharle llorar mientras lee, observa o escribe en el ordenador.
• Obsesionarse con consultar el ordenador solo.
• Manifestarse triste y deprimido al consultar redes sociales, mensajería etc.
• Haber tenido episodios de acoso en el centro escolar.
Recomendaciones a llevar a cabo para prevenir el ciberacoso:
• Educar a los chicos/as en hábitos de autoprotección, es importante que aprendan a mantener su intimidad, que no mantengan una relación con persona con personas que no conocen en persona. Hacerles ver la importancia de actuar en las redes igual que lo harían en la realidad.
• Frenar el acoso en las redes ante la primera manifestación.
• No permitir que se produzca acoso en ninguna de sus manifestaciones. Hay que trabajar para que los menores no se conviertan en espectadores pasivos, ante cualquier situación informar a las autoridades competentes.
• Enseñar a los menores a utilizar contraseñas y claves seguras.
• Aprender a actuar si el menor dice que está siendo víctima de ciberbullying, primero consolar al menor, mostrar apoyo y comprensión.
• Hacer que las victimas dejen de frecuentar las páginas en las que se les acosa.
• Enseñar a valorar la parte positiva del uso de internet.
• No contestar a los mensajes, ya que con ello entra en el juego del acosador.
• Guardar el mensaje como prueba, no tiene que leerlo pero podrá utilizarlo como prueba del hostigamiento.
• Bloquear al remitente como no deseado.
Los niños y el teléfono móvil
¿A partir de qué edad es aconsejable que los niños lleven un teléfono móvil? Esta es una pregunta que hacen muchos padres hoy en día. Los niños y el teléfono móvil se ha convertido en una de las preocupaciones más actuales de los padres debido al creciente desarrollo de las nuevas tecnologías. Ya no es extraño encontrar en la habitación de los niños televisiones, teléfonos móviles, tablets, dvd, consolas de videojuegos y ordenadores. Son la generación de las nuevas tecnologías.
El teléfono móvil es cada vez más popular entre los más pequeños, una conclusión del último estudio desarrollado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC).
El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, recomienda que los niños no utilicen móvil hasta que cumplan los 13 años de edad y que la utilización de este aparato esté relacionado con la edad en que los niños empiezan a independizarse.
Si queremos informarnos en profundidad sobre este tema, Arturo Canalda tiene un interesante informe titulado Por el uso responsable de las nuevas tecnologías, en el que podemos encontrar una serie de recomendaciones, sugerencias e ideas que permiten abordar la compra y posterior utilización de esta nueva dimensión de comunicación y ocio.
En dicho informe podemos encontrar ideas para facilitar la compra y la utilización por menores, no sólo de teléfonos móviles, sino también de videojuegos e Internet. La guía sobre los niños y el teléfono móvil, tiene como finalidad ofrecer una serie de pautas a los padres a la hora de adquirir aparatos de las nuevas tecnologías. Aconseja a los padres que, antes de comprar un móvil a su hijo, consideren primero el nivel de madurez del niño, y anima a los padres a que también reflexionen sobre las posibilidades de control de gasto que ofrecen tanto los teléfonos de prepago como los de contrato.
Aparte de eso, se recomienda que los padres estipulen límites en el uso del móvil, evitando la realización de llamadas largas, y evitando que los niños expongan lo menos posible sus cabezas a los aparatos. La guía, además, reclama a los padres a estimular a los niños, así como los adolescentes, para que dediquen su tiempo a practicar otro tipo de actividades con amigos, como puede ser el juego al aire libre, la lectura, o el deporte. "No hay que prohibir el uso de las nuevas tecnologías a nuestros hijos, sino educarlos en la responsabilidad", explica Arturo Canalda.
Consejos psicológicos para largos periodos dentro de casa
La situación de confinamiento en casa durante varios días puede generar mucho malestar
- Evitar la sobreinformación
La sobreinformación puede generar muchísima ansiedad. Para cuidarnos, evitaremos estar con la tele encendida todo el día escuchando noticias sobre el coronavirus. Sólo nos informaremos en un momento concreto del día que hayamos elegido previamente. Pueden ser los informativos de la mañana, de la tarde o de la noche, lo que nosotros queramos, pero solo una vez al día. El resto del día estaremos ocupados haciendo actividades que no estén relacionadas con este tema.
- Afrontamiento positivo
Debemos centrarnos cognitivamente no en que no nos dejan salir, sino en que, gracias a nuestro sacrificio personal estamos haciendo un bien para los demás y la sociedad. Que estamos haciendo algo que es esencial para el bien común. Enfocarnos en que, aunque es difícil, quedándonos en casa estamos salvando vidas.
- Utilizar la tecnología para mantenernos unidos a nuestros seres queridos
- Mantenerse activo
- Limitar el tiempo que pasamos conectados a la tecnología
Buscar actividades manuales y formas de pasar el tiempo separados de las pantallas. Buscar formas de actividad física que podamos realizar en casa. Planear una rutina diaria que diseñemos para nosotros mismos previamente y cumplirla
- Ayudarse mutuamente
Reunirnos entre todos y tomar conciencia de las dificultades que pueden suponer estos días a nivel psicológico. Hacer un “acuerdo de paz”, mediante el cual, vamos colaborar y a apoyarnos los unos a los otros, esforzándonos en hacer la vida más llevadera a los demás durante este tiempo.
¡Somos un equipo! Vamos a pasar estos días juntos de la mejor forma posible.
- En especial, para los NIÑOS
El consejo de mantener un horario y una rutina es fundamental. Por ejemplo: por la mañana hacemos los deberes, después de comer vemos la tele o jugamos con tecnología y por la tarde aprovechamos la situación para hacer actividades especiales en familia. Los niños deben comprender por qué no debemos salir de casa: no por el miedo a contagiarnos, sino porque de este modo estamos protegiendo a personas de salud frágil. Hacerles entender que estamos haciendo un acto lleno de valor y sentido trascendente.